1

Migrantes subsaharianos, algunos de ellos heridos después de escalar una valla, se mantienen dentro de un campamento temporal establecido para migrantes que accedieron al enclave español de Melilla.

2

Un migrante subsahariano se sienta sobre un poste en una valla metálica que divide Marruecos y el enclave español de Melilla. Varios cientos de migrantes africanos intentaron saltar una alambrada fronteriza en Melilla, muchos lograron cruzar mientras que decenas de ellos fueron expulsados por policía marroquí y española.

3

Solicitantes de asilo, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, esperan cerca de la frontera, en la estación ferroviaria de Idomeni, en el norte de Grecia, con el fin de recibir la autorización de la policía macedonia para cruzar la frontera desde Grecia y entrar en Macedonia del Norte.

4

Policías húngaros hacen guardia cerca de la ciudad húngara de Roszke en la frontera con Serbia.

5

Una mujer afgana es ayudada por sus familiares después de llegar en un bote con otras refugiadas y migrantes desde una costa turca a la isla griega nororiental de Lesbos.

6

Un hombre sostiene a su hija mientras hace una llamada telefónica inmediatamente después de cruzar el Egeo a bordo de un bote con otras personas migrantes de Oriente Medio. Desde la costa de Turquía hasta la isla griega nororiental de Lesbos.

7

Un grupo de personas se cubre con mantas térmicas después de cruzar el Mar Egeo en un bote de goma desde la costa turca hasta el pueblo de Skala Sykaminias, en la isla griega nororiental de Lesbos.

8

Un hombre intenta llegar a las costas de la isla griega de Lesbos tras cruzar el Mar Egeo desde Turquía a Grecia a bordo de un bote inflable superpoblado.

9

Un equipo voluntario sostiene a un bebé mientras se ayuda a las demás personas a desembarcar de un bote tras su llegada a la isla griega de Lesbos desde la costa turca.

10

Varias familias afganas se acercan a la isla griega de Lesbos en un bote hinchable con muy mal tiempo. Acaban de cruzar el mar Egeo desde Turquía.

11

Este chico se quedó dentro del almacén abandonado cuando casi todo el mundo estaba fuera esperando la comida. Tenía la mirada perdida, los hombros encogidos, sin mover un centímetro del cuerpo. Esas son las condiciones en las que llevaban meses durmiendo. Ese instante, como tantos otros, me recordó a los relatos del libro Los rojos de ultramar, de Jordi Soler, en las páginas que hablaban del confinamiento de los refugiados españoles en la playade Argelès-sur-Mer, al sur de Francia, durante la guerra civil. De cómo el frío congelaba el cuerpo en las noches bajo cero, y había ratas y gente tosiendo sin parar.

12

Un niño afgano intenta calentarse junto a una fogata improvisada frente a un centro de registro para las personas migrantes junto al pueblo de Moria, en la isla griega nororiental de Lesbos.

13

Un cuaderno con notas y dibujos fue encontrado en una playa al lado de la ciudad de Skala Sikaminias, en la isla griega nororiental de Lesbos.

14

Una mujer se arropa con una manta junto a la valla fronteriza que divide Grecia y Macedonia del Norte, en un campamento improvisado para migrantes al lado del pueblo griego de Idomeni.

15

Migrantes esperan toda la noche bajo la lluvia la llegada de un autobús que les trasladará a un centro de procesamiento, en el pueblo de Skala Sikaminias, en la isla griega nororiental de Lesbos.

16

Cientos de personas refugiadas esperan la distribución de alimentos, proporcionados por redes de voluntariado, bajo fuertes nevadas en el centro de Belgrado, Serbia. Miles de migrantes, en su mayoría de Afganistán y Pakistán, viven en las calles de Serbia y otros países balcánicos esperando la oportunidad de cruzar las fronteras y entrar en la UE

17

Un bote de goma que transportaba migrantes de diferentes nacionalidades que intentan salir de la costa libia y llegar a suelo europeo es avistado por un equipo de trabajadores humanitarios de la ONG española Open Arms, a 28 millas al norte de Al Khums, Libia.

18

Dos hermanos pequeños descansan a bordo de una lancha rápida de salvamento, justo después de ser rescatados por cooperantes de la ONG española Open Arms en el Mediterráneo, en aguas internacionales, al norte de Sabratha, Libia. Su madre era uno de los 13 cadáveres encontrados dentro del bote de goma.

19

Personas refugiadas procedentes de Afganistán intentan calentarse junto a una fogata improvisada, bajo una nevada, frente a lo que en el futuro será un complejo de apartamentos de lujo llamado Belgrade Waterfront, desarrollado entre el Gobierno y una compañía de Abu Dhabi en el centro de Belgrado, Serbia. Miles de personas refugiadas y migrantes, en su mayoría de Afganistán y Pakistán, viven en las calles en Serbia y otros países balcánicos esperando la oportunidad de entrar en la UE.

20

Hombres de Nigeria y Marruecos observan la puesta de sol a bordo del barco de rescate Open Arms mientras el barco navega hacia el norte con 118 personas de diferentes nacionalidades que fueron rescatadas dos días antes frente a las costas de Libia.

LAS LLAVES DE LOS MUROS

Ganchos para trepar la valla

Cuando las vallas no se pueden trepar porque los agujeros son tan pequeños que no entran los dedos, la imaginación mezclada con la desesperación, el hambre, la esperanza y la vida que se abre al otro lado del muro, hace que muchas personas recurran a usar anclas caseras, tornillos en las suelas de los zapatos o garfios como este que uso Stefan para escalar los 6 metros de esa malla denominada “antitrepa”, instalada en el 2014 en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla.

Maleta

Meter tu vida con suerte en una maleta, en un macuto, en una bolsa de plástico, en los bolsillos de tu chaqueta. En ocasiones hay tiempo para planear una migración, pero en otros casos las personas se ven forzadas a escapar de su lugar de residencia, debido a conflictos armados, violencia o desastres ambientales sin apenas tiempo para pensar.

Manta térmica

Las mantas térmicas doradas se han convertido en una imagen muy común en las costas italianas, españolas o griegas. Mantas donde miles de personas migrantes son atendidas a pie de playa tras llegar a Europa después de peligrosas travesías que, a menudo, hacen en pateras en condiciones inhumanas, mantas que tapan la barbarie de las olas que cubren los cuerpos, que tapan la vergüenza de la complicidad con la muerte.

Pintalabios

Rojo, como este, era el pintalabios con el que Beauty cada día, con su pequeño cuerpo sin pechos se pintaba compulsivamente para que le abrieran las puertas de las vallas, sabiendo como tantas otras, que por entrar tiene que pagar un precio que deja cicatrices en el cuerpo y en el alma.

Barca

En neumática a motor, barca hinchable, con flotadores, manguitos o salvavidas. Da igual. En rutas cada vez más difíciles y peligrosas, en el Mediterráneo o en el Atlántico. Da igual. Miles de migrantes, rozando piel con piel, sin más equipaje que los sueños, se suben a lomos de barcas como esta, deseando pisar tierra firme sin que el agua se vuelva contra ellas.

Zapatos de tacón

“Estos zapatos les gustan a ellas seguro” dijo Puri a Toti, mientras guardaba para las nigerianas unos zapatos como estos, de 8 cm de tacón, rojos, amarillos, azules y verdes entre otros chisporroteantes colores. Tacones que las hace sentir especiales, bellas, tacones que pisan firme, que bailan, que se tambalean pero que, sobretodo, las hacen sentirse personas. Tacones que dignifican y de este modo, son una herramienta más de lucha en la frontera.

Boza

Victoria, alegría, llegada, es una palabra mágica, la palabra que derriba los muros, que salta las vallas, que salva las vidas en los mares, es lo contrario a la matriz del miedo, es el grito del ser humano que nace de las entrañas, de los y las que creemos en un mundo sin miedos, en un mundo lleno de personas.