Cuando las vallas no se pueden trepar porque los agujeros son tan pequeños que no entran los dedos, la imaginación mezclada con la desesperación, el hambre, la esperanza y la vida que se abre al otro lado del muro, hace que muchas personas recurran a usar anclas caseras, tornillos en las suelas de los zapatos o garfios como este que uso Stefan para escalar los 6 metros de esa malla denominada “antitrepa”, instalada en el 2014 en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla.
SENTIR
Todo tu peso soportado en esos ganchos, tu vida en el alambre ¿te lo imaginas? ¿qué tiene Stefan de especial que tú no tengas? O al revés ¿qué tienes tú de especial que Stefan no tenga?